CAMINOS CRUZADOS DE 6 AÑOS

Era 22 de septiembre y aunque no lo sabía a partir de ahí cambiaba mi vida. Más que la mía, las suyas. Las de todos ellos que cogían el tren con un destino inesperado lleno de calles que no conocían, caras nuevas que llegarían a sus vidas sin pedir permiso para entrar y marcarían dejando sus huellas  viviendo grandes momentos como hasta entonces yo lo hacía. Esa cerradura de aquel piso que por primera vez abrían con esa llave que tantas veces no atinarían a encajar. ¿Día duro? Quizás.. Simplemente sentimientos a flor de piel, lagrimas imposibles de evitar y un tiempo de horas que no corrían, minutos que no pasaban segundos que dolían. Intenté no tratar de asimilar y dejarme llevar. Apreciar lo que aún queda, escaso mínimo o inútil aunque fuera. Dejarme llevar sabiendo cuanto más hay por conocer y lo menos hay que extrañar ya que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos que vas echando de mas lo que un día echaste de menos.

2septiembre2009

Pero a mí que me expliquen la fórmula porque no hay día que cambiaría mi vida por estar a su lado así ya fueran uno de tantos de esos 30 minutos de nuestros antiguos recreos de niños inmaduros que no sabían que le depararía este futuro.