martes, 8 de enero de 2013

2013

Ha llegado el 2013. Año de la mala suerte para aquellos supersticiosos. Lo confieso, a veces, yo también lo soy. En este caso me pueden las ansias de nuevos acontecimientos.  Dejo a un lado eso de creer en los terribles, para algunos, martes y trece.Ya sea bisiesto, capicúa,  par o impar, traiga supersticiones o no. Es un año nuevo y por nuestras cabezas ya ha pasado eso de "año nuevo vida nueva". Como los típicos y nunca cumplidos objetivos de año nuevo: dejar de fumar, cumplir la operación bikini, no derrochar, fijarnos un objetivo mas alto en nuestro trabajo o estudios.¿Quién puede salvarse de esos objetivos que nos imponemos durante el mes de Enero y olvidamos durante Febrero, Marzo, Abril y el resto del año? Yo desde luego no. Quizás sea eso que nos falla, los objetivos. Deberíamos de variar un poco y no ser tan superficiales con los nuevo objetivos que nos imponemos por el mero hecho de satisfacer a la sociedad mostrando una imagen, aparentar querer hacer algo por nuestra salud cuando verdaderamente estamos pensando el cuánta ropa podríamos comprar con el dinero que nos ahorraríamos o lo bien que quedaríamos ante la gente al llegar a un objetivo mas alto en el ámbito del trabajo.

No dejes de fumar. Fúmate los problemas.

No dejes los dulces para sentirte bien cuando te miren, endulza  tú vida y la de los que te miran con sonrisas que hagan sentir mejor que bien.

Eso sí, no derroches el tiempo y haz que cada minuto cuente.



Que la vida no se  mide por los años vividos 

si no por los buenos momentos compartidos.